Vincent Van Gogh está considerado actualmente como uno de
los grandes genios de la historia del arte, un reconocimiento que el artista no
obtuvo en su breve existencia, una vida marcada por una personalidad inestable
y por unas difíciles relaciones con los demás. Solo con su hermano pequeño Theo
(marchante de arte) mantuvo una estrecha relación, como corrobora la intensa
correspondencia que mantenían, y en la que Vincent le hablaba de sus
preocupaciones, artisticas o no… Una relación que se convirtió en dependencia,
pues Theo enviaba fondos a Vincent con los que este podía vivir.
Vincent, nacido en 1853, era el hijo mayor de un pastor
protestante holandés. Siempre tuvo intereses artísticos, y a los 16 años
entraría como aprendiz en la filial de la galería de arte parisina Goupil &
Co en La Haya,
donde conocería la obra de la
Escuela de Barbizon. Cuatro años después, Vincent se traslada
a Londres, donde después de un fracaso amoroso comenzará a volverse más
solitario… En 1878 se siente en la necesidad de ayudar a los demás, y tras ser
rechazado en la escuela de Teología, se une como pastor a la colonia minera de
Borinage. Allí estará seis meses, pues al mostrar conductas cercanas al
fanatismo, no se le renueva en su cargo. Decepcionado, decide entregarse a la
pintura, y en 1880 comienza a trabajar con pintores como Mauve. En 1885 pinta la que él
mismo consideró una de sus mejores obras, “Los comedores de patatas”. El conocimiento de los impresionistas, le
lleva a abandonar los estudios académicos, y en 1886 se traslada a París, donde
se reune con su hermano. Allí conocerá a Seurat, Pissarro, Gauguin… que
incidirán en la difinición de su pintura, aclarando su paleta, y definiendo su
particular visión del impresionismo.
Los Girasoles. Esta flor fue muy recurrente en la obra de Van Gogh, sobretodo durante su estancia en Arles. Realizó muchas versiones de este tema, y aunque en ellos se ha querido ver una interpretación simbólica, Vincent, en su carta a Theo le dice que el único objetivo de este cuadro era el de alegrar su habitación... El azul y el amarillo serán los colores más usados por Van Gogh, dos colores que tienden al descanso, pero que en la obra del genio holandés tenderán hacia todo lo contrario, aun sin este pretenderlo... Este cuadro, el más famoso de la serie de los girasoles, se encuentra en la Neue Pinakothek de Munich.
Posteriormente se traslada a Arles, donde
alquila una casa, la
Casa Amarilla, con la intención de reunir a distintos
pintores para crear la Escuela
de los Impresionistas del Sur. Gauguin se traslada con él, y los dos artistas
trabajan juntos, en una relación, que no tarda en ser enfermiza por parte de
Vincent. Dos meses después, y tras una fuerte discusión, Gauguin abandona la Casa Amarilla y Van
Gogh se corta parte de la oreja izquierda, en la que sería su primera crisis
mental.
Este cuadro representa la habitación de Van Gogh en la Casa Amarilla de Arles. De nuevo, la idea de Vincent, como dice a su hermano Theo, era la de crear un cuadro que sugiriera paz y reposo, y para ello volvió a emplear el azul y el amarillo, e incluso suavizó su pincelada enérgica. Sin embargo, el forzado encuadre y el hecho de que todos los muebles parecen inclinarse hacia el centro, eliminan esa sensación. Además, una patente claustrofobia se apodera del observador, al darse cuanta de que a pesar de haber dos puertas y una ventana en la habitación, la ventana esta cerrada, y las dos puertas bloqueadas por la silla de la izquierda, y por la cama. Quizás este cuadro de más a entender de la mente de Van Gogh que muchos de sus autorretratos. También realizó varias versiones de este asunto, y esta, se encuentra en Museo Van Gogh de Ámsterdam.
Se sume ahora en un estado de melancolía y tristeza y su personalidad
se vuelve más inestable (al igual que lo representado en sus obras). Eso le
lleva a recluirse en 1889 en el sanatorio de Saint Remy, donde estaría un año.
Sin posibilidad de salir, Vincent pinta, y su obra se vuelve cada vez más
expresiva y dinámica.
El tiempo que Van Gogh estuvo recluido en el psiquiátrico de Saint Remy, aparte de estudiar a otros pintores anteriores como Millet, se dedicó a pintar lo que veía desde su habitacion. En este caso un cielo estrellado en el que las estrellas son inmensos faroles que irradian su luz a través de un cielo tortuoso de pincenlada serpenteante. No se veian cipreses desde su ventana, pero serán recurrentes en su obra, y de hecho, escribió a su hermano Theo en varias cartas que no entendía como ningún pintor había representado los cipreses como él los veía. Este cuadro, se encuentra hoy en el MoMA de Nueva York.
Sin poder superar su tristeza, en 1890 se traslada a
Auvers-sur-Oise por recomendación de su hermano Theo, a casa del doctor Gachet,
quien le sometió a un tratamiento homeopático. Allí pintó a los habitantes del
pueblo y sus paisajes. A pesar de que el doctor pensaba que Vincent se había
recuperado, este no pudo superar su melancolía, derivada de su fracaso como
pintor, y de la dependencia hacia su hermano, de modo que el 27 de Julio, en un
campo de trigo, Vincent se disparó en el pecho, muriendo dos días después… Su
última obra fue “Campo de trigo con cuervos”, casi un presagio de lo que
ocurriría.
El suicidio de Vincent supuso un duro golpe para su hermano Theo. Esto, sumado a su mal estado de salud, le llevaron a un colpaso mental, que acabó con su hospitalización. Murió en 1891, seis meses después de su hermano y fue enterrado junto a él. Las 800 cartas que Vincent le envió, suponen un importantísimo testimonio de la vida del artista.
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