martes, 23 de noviembre de 2010

La gitana dormida, de Rousseau

Lámina en A3, 10€
Lámina en A4, 6€
Henri Rousseau, más conocido como "el Aduanero", debido a que fue funcionario del estado francés hasta jubilarse, es hoy reconocido como el padre del arte Naif. ¿Qué es el arte Naif? No tiene una definición exacta, pero se caracteriza por la ingenuidad y la espontaneidad de las obras, y por el uso de colores vivos y contrastados. De ingenuo se tildó a Rousseau, e incluso de él se dijo que no sabía pintar, pues era autodidacta, y sus cuadros carecen de perspectiva, volúmen o cualquier otro parámetro que se pueda aplicar a la pintura. Sin embargo, los pintores surrealistas y los simbolistas se convertirían en sus principales valedores. La mayoría de su obra se basa en imágenes oníricas, en las que se confunde la realidad con lo soñado. En este cuadro, todo un icono del arte moderno, vemos a una mujer dormida en primer plano y un león junto a ella, pero ¿que hace el león? Lo mismo parece que la está acechando, que está paseando sin más, o incluso es posible que el león no sea real, sino una ensoñación de la mujer. Como puede verse, utiliza colores planos, vivos y contrastados, y hay una ausencia total de perspectiva o profundidad. La Gitana Dormida, pintado en 1897, se encuentra hoy en el MoMA de Nueva York.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Las Espigadoras, de Millet


La vida de Jean Fraçois Millet estuvo marcada por la pobreza en la que siempre vivió y que tanto representó. La mayoría de sus escenas nos muestran a campesinos afanados en sus tareas, en un intento de mostrar al público la dura verdad de una vida que a los habitantes de las ciudades se les antojaba bucólica, siguiendo siempre los dictados del realista Courbet. De hecho, Millet será uno de los principales motores del Realismo, así como uno de los iniciadores de la Escuela de Barbizon, y su obra (tildada de socialista), sería muy admirada después por artistas como Dalí. En esta obra, hoy en el Museo de Orsay de París, nos muestra a tres mujeres realizando la más dura de las tareas del campo, la recogida de las espigas después de la siega a última hora de la tarde. Se trata de una tarea penosa y dolorosa, y Millet la capta representando a la mujer que se toca la espalda tratando de mitigar ese dolor. Millet colocó a las mujeres en primer plano, realzando la importancia de su labor, y otorgándoles una dignidad que siempre aparecería en todos sus campesinos. Son personajes humildes, pero dignos. También es típica de Millet la luz dorada de los atardeceres y los crepúsculos, que siempre inunda sus cuadros y que después influiría en la pintura impresionista. Las Espigadoras fue pintado en 1857.


viernes, 19 de noviembre de 2010

El bar del Folies Bergére, de Manet

Lámina en A3, 15€
Lámina en A4, 9€
Manet realizó este cuadro, una de las obras más emblemáticas del impresionismo, así como el testamento de toda la obra de su autor, mientras comenzaba a quedar incapacitado y a ser consumido por la enfermedad. De hecho, ya no podía salir de su estudio, y la modelo acudía al taller de Manet para posar. En esta obra, podemos ver el gusto por el ambiente nocturno parisino (el Folies Bergére es un bar de Montmartre) que tanto llamó la atención de Manet y del grupo impresionista. En él, una camarera del local, llamada Suzon, con la mirada perdida y aburrida, parece aguardar a que el espectador decida lo que va a tomar, aunque en este caso el espectador es el personaje que aparece reflejado en el gran espejo que se intuye detrás de la joven, personaje que parece estar identificado con el pintor Gaston Latouche. En ese espejo podemos ver también el ambiente del local. A pesar de que podemos ver que el bar está abarrotado, el cuadro es un reflejo de la soledad, la soledad de la camarera (único personaje "real" del cuadro) que además aparece atrapada entre la barra (en la que se aprecian varias naturalezas muertas de objetos típicos de la vida nocturna) y el gran espejo. Este cuadro es un perfecto resúmen de la mentalidad impresionista, vida nocturna, modernidad, inmediatez de la escena, pinceladas largas y yuxtapuestas... Un año después de pintar esta obra, en 1883, Manet moriría por enfermedad después de que le amputaran una pierna. El Bar en el Folies Bergére se encuentra hoy en la Courtauld Gallery de Londres.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La encajera, de Vermeer

Lámina en A4, 8€
Vermeer de Delft pintó este pequeño cuadro que hoy se encuentra en el Louvre en 1669, y representa una escena de interior, tan típicas en su obra. En ella aparece un muchacha haciendo encaje de bolillos totalmente ajena al espectador, concentrada en su tarea. La luz entra por la parte derecha de cuadro haciendo que parte de la cara de la encajera quede en sombra. Además, el encuadre que Vermeer da a la obra, apareciendo la muchacha cortada a menos de medio cuerpo, da  a este cuadro un aire de modernidad que junto a la luz, llamarían mucho la atención de los impresionistas dos siglos después. De hecho, Renoir dijo que este cuadrito era uno de los más bellos de toda la historia del arte. Parece ser que con esta obra Vermeer quiso esalzar las virtudes femeninas, al igual que con otro de sus cuadros más famosos, "La lechera" (Rijksmuseum, Amsterdam)

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El mar de hielo, de Friedrich

Lámina en A3, 15€
Lámina en A4, 9€
Caspar David Friedrich está considerado como uno de los más importantes pintores románticos, y como el que mejor representa el ideal romántico. Sus pinturas nos muestran a una naturaleza tenebrosa, a veces grandiosa y violenta, que empequeñece al ser humano, siempre perdido en ella y a merced de sus designios. A menudo la muerte pulula por sus obras en forma de cuervos, o como en este caso, en forma del naufragio que se adivina entre los cascotes de hielo (posiblemente se trate de la fragata "Esperanza"). Aquí, el hielo se eleva amenazadoramente, quedando patente el poder de la furia de la naturaleza. Este lienzo, también llamado "El naufragio de la Esperanza", pintado en 1823 por encargo de la futura esposa del zar Nicolás de Rusia, puede verse en el Hamburger Kunsthalle, Hamburgo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Carteles de Toulouse Lautrec

Aunque Lautrec no fue el primero en realizar carteles, sí que fue quien los elevó a la categoría de arte. No solo eso, sino que con ellos nos mostró la forma de vida típica de Montmartre, el barrio de la bohemia, donde la burguesía parisina se mezclaba con los seres de los bajos fondos en los numerosos cabarets de la zona. Precisamente eran estos cabarets y sus artistas los que encargaban los carteles a Lautrec, gracias a los cuales ganaba algo de dinero. A continuación os presento sus cuatro carteles más famosos:

Moulin Rouge, 1891. El famoso Moulin Rouge fue uno de los primeros locales en solicitar los servicios de Toulousse Lautrec, cosechando un gran éxito. En este famosísimo cartel representó a una bailarina de fama efímera, llamada la Goulue, junto al que fue su pareja de baile, Valentín, le "desose" (ambos aparacerían en otras obras del artista). En este cartel puede verse uno de sus descubrimientos, la reducción del fondo a la mínima expresión, y el uso de colores planos, heredado de la estampa japonesa. Simple y efectista.

Ambassadeurs, 1892. Tras el éxito del cartel del Moulin Rouge, Aristide Bruant, un cantante famoso entre la burguesía que se dedicaba a insultar al público que acudía a sus actuaciones mientras cantaba, le encomendó un nuevo cartel para su local Ambassadeurs, en los Campos Elíseos. El éxito fue tal, que Bruant le encomendó varios carteles posteriormente.

Divan Japonais, 1893. El gusto por lo oriental que se desarrolló en Europa a finales del siglo XIX, llevó a la apertura de numerosos locales inspirados en Japón o en China, como este Divan regentado por Ed Fournier, que de japonés solo tenía el nombre. En este cartel representó a su amiga Jane Avril, una famosa bailarina que aparecería en muchas otras obras, junto al crítico Edouard de Jardin. En el escenario se adivina la silueta de Yvette Guilbert, una famosa cantante de la época que siempre actuaba con unos largos guantes negros, que se convirtieron en su seña de identidad.

Jane Avril, 1893. Jane Avril le encargó este cartel a Toulousse cuando debutó en el Jardin de París, un conocido local, después del éxito cosechado por el cartel del Ambassadeurs. El cartel recibió una muy buena crítica y de él se hicieron 3000 copias. Jane Avril aparecerá frecuentemente en la obra de Lautrec. Al mismo tiempo que realizaba estos carteles, Toulouse realizó copias de sus cuadros con la misma técnica litográfica para venderlas al gran público. Los encargos de carteles y las ventas de esas copias conformaron los pocos ingresos que permitieron sobrevivir al maltrecho Toulousse en el sórdido Montmartre.




El ferrocarril, de Manet

Lámina en A3, 12€
Lámina en A4, 7€
El escándalo que provocaron "El desayuno en la hierba" y "Olimpia", provocaron que Manet perdiera el favor de los salones oficiales del que había disfrutado antes. La obras que presentaba no pasaban el corte, y a medida que su estilo se acercaba más a los cánones impresionistas (grupo del que siempre se desmarcó), se fue alejando más de la aprobación academiscista. Este cuadro, pintado en 1873, aparecen retratadas Victorine Mourent y la hija del pintor Alphonse Hirsch, Suzanne, en el jardín de este, que colindaba con la estación de Saint Lazare. El ferrocarril,  símbolo del gusto por la modernidad tan de moda entre los impresionistas, es el auténtico protagonista de este lienzo (a pesar de quedar oculto tras el vapor de agua), lienzo que no fue aceptado en los salones oficiales por que no se sabía a que estilo pertenecía. A pesar de todo, Manet nunca dejó de buscar la aprobación oficial. (National Gallery, Washington)

jueves, 4 de noviembre de 2010

El paseo, de Monet

Lámina en A3, 10€
Lámina en A4, 6€
No es frecuente que Monet sacrifique el protagonismo del paisaje para cedérselo a la figura humana como hace en este caso. Los retratados son Camille, su pareja, y su hijo Jean, situados en un alto. Realmente, no se trata más que de un pretexto para pintar la luz que incide en el vestido blanco de ella, la sombra que proyecta, y los cambios de luz respecto a la parte soleada. Como era normal en Monet, la pincelada es suelta y las formas están difuminadas. (National Gallery, Washington)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El palco, de Renoir

Lámina en A3, 10€
Lámina en A4, 6€
Durante el tiempo que Renoir vivió y pintó junto a Monet y Bazille, fue asimilando las técnicas impresionistas, pintando al aire libre, y utilizando la pincelada suelta y sin formas definidas, convirtiéndose en uno de los grandes maestros del nuevo movimiento. Sin embargo, Renoir sintió más predilección por la figura humana que su colega Monet, y por los temas de la burguesía parisina, como en este caso, en el que su hermano y una modelo llamada Nini posaron para esta imágen que representa una noche cualquiera en la ópera. A pesar de que parece una instantánea, este cuadro llevó un gran trabajo previo. Hoy puede verse en la Courtauldt Gallery de Londres.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El grito, de Munch

Lámina en A3, 10€
Lámina en A4, 6€
Con este cuadro, Munch creo uno de los iconos del siglo XX, y una de las mejores manifestaciones de la alienación del hombre en la sociedad moderna. Obviamente influido por su propia angustia existencial, su tortuosa relación con las mujeres y la reciente muerte de su madre, esta obra es un reflejo de su propia alma, de su propio grito interno. Para ello empleó colores arbitrarios y un simbolismo patente en el rostro cadavérico del protagonista, los mudos testigos de su grito, la violenta prespectiva y la aplicación de los colores en forma de bandas inestables. De este cuadro Munch realizó varias versiones. Una de ellas estuvo desaparecida durante un año (junto con una Virgen) después de ser robada y posteriormente recuperada, aunque en mal estado de conservación. La versión más famosa, de 1893, puede verse en el museo Munch de Oslo.